Juan Navarro y Lucas Caminada: “Tenemos el sueño de terminar de construir Torre Andino”

 Juntos, son los dueños de Vientonorte, una empresa de construcción dedicada a desarrollar y llevar adelante distintas obras de excelencia y calidad. El desafío actual: en 18 meses terminaran un edificio que durante casi 20 años tuvo la obra abandonada. Además, acaban de inaugurar Apto Bar, un lugar gastronómico que, entre otras cosas, ofrece platos diferentes y tragos de autor. 


En sociedad. Aunque los dos estudiaron arquitectura en la Facultad Nacional de Córdoba, se conocieron en Catamarca y crearon Vientonorte. 


Según estadísticas de la Secretaría de Obras Públicas de La Nación, en veinte provincias de la Argentina existen más de 200 obras abandonadas a las que se las conoce como los “Elefantes Blancos”. Se trata de grandes construcciones que por problemas judiciales o falta de inversión, quedaron abandonados a su suerte. Y durante muchos años, forman parte del paisaje triste y melancólico de ciudades y pueblos.

Juan Navarro y Lucas Caminada
En marcha. De fondo, el edificio Torre Andino. La construcción estuvo parada durante casi 20 años. Ahora con nuevo diseño, estará lista en 18 meses.

Y para muchos catamarqueños, la Torre Andino se había convertido en eso. Anclada en el barrio Avellaneda y Tula, a  dos minutos  del  Eco Parque el  Jumeal, sobre la calle Diputado Nacional Amado David Quintar, durante casi 20 años fue una usina de historias y relatos que en algunos casos, rozaban lo fantasioso e irreal.  

La obra se inició en el 2007 y durante tres años tuvo movimiento y crecimiento. Pero en aquel momento, la ciudad no era lo que es hoy. Los servicios públicos como luz, agua, y gas recién se estaban expandiendo y el costo de llevarlos hasta esa zona, eran altísimos. En el invierno de ese año, el país sufría una de las olas polares más dura de su historia y mientras en Buenos Aires nevaba después de 36 años, en San Fernando del Valle de Catamarca las temperaturas bajo cero hacían estragos. La ciudad había quedado incomunicada debido a la nieve acumulada en el cerro Ancasti y en la Cuesta de la Cébila, y esto provocó que el gobierno tomara la decisión  de adelantar una semana las vacaciones de invierno. En este contexto de frío extremo, los créditos bancarios también estaban congelados. Y treinta meses después de su inicio, la obra se detuvo por completo. Así, permaneció durante 18 largos años. 

Torre Andino
Todas las comodidades. El edificio contará con una planta baja y cuatro pisos en los estarán distribuidos los 30 departamentos de uno y de dos ambientes. 


LA RESURRECCIÓN. Cuando el cordobés Lucas Caminada -37 años, papá de tres hijos: Emma (12), Dante (8), y el pequeño Rafael de siete meses- decidió venirse a vivir a Catamarca, nunca imaginó el desafío que le esperaba. Al poco tiempo de mudarse se puso en pareja con Cecilia (39, abogada) y fue ahí, en una cena familiar, cuando sus suegros, Miguel y Liliana, le contaron que “ellos eran los dueños de aquel proyecto”. A Lucas, arquitecto recibido en la Facultad Nacional de Córdoba, la idea de reactivarlo lo entusiasmó tanto que durante dos años realizó los diseños y los planos de aquella construcción olvidada.

El más moderno de Catamarca. Pileta, cochera, cerraduras con huella digital, y un ascensor vidriado para poder apreciar la belleza del lugar, alunas de las nuevas comodidades que ofrecerá Torre Andino.


En aquel tiempo trabaja para el gobierno de la provincia supervisando distintas obras del Estado. Y ahí fue donde conoció a Juan Navarro (en pareja con Érica, abogada), el empresario que a los 42 años, antes de tomar cada decisión importante, escucha mucho lo que opine Norma, su mamá, mujer que dedicó su vida a la docencia y se jubiló siendo directora de escuelas del interior. Navarro estudió arquitectura en la misma Universidad que Caminada, pero abandonó cinco materias antes de recibirse. Juntos, decidieron probar nuevos horizontes laborales y armaron la empresa Vientonorte. Ahí fue cuando despertaron al Elefante Dormido. Navarro se encargó de construir “la ingeniería financiera del proyecto”, y hace unos días firmaron el fideicomiso que les va a dar aire para los 18 meses finales. 

De Hollywood a Catamarca. Por su parecido físico, muchos lo confunden con Canard Lothbrok, el protagonista de la serie Vikingos. “El tema es que cuando hablo con tonada cordobesa, todo el mundo se aviva…”, comenta entre risas. 


Totalmente renovado y con un diseño distinto al original, Torre Andino promete ser uno de los edificios más modernos y sofisticados de la provincia. Cuentan con nuevos amenities como pileta, cochera, cerraduras con huella digital, y un ascensor vidriado en el que se puede apreciar la inmensidad del valle en su plenitud. Todo, distribuido en una planta baja y en cuatro pisos en los que se encontrarán los treinta departamentos de uno y de dos ambientes. Ubicado en la parte alta de la ciudad, en la zona de Jumeal, está enmarcado en la belleza que ofrece la majestuosidad de Sierra Colorada. 

El dueño de los números. Juan Navarro tiene 42 años y es la persona que maneja todos las operaciones del proyecto. Amante de la arquitectura, le quedan cinco materias para recibirse.


En paralelo a la construcción del edificio que comenzaron hace más de un año, decidieron ampliar sus horizontes y junto a Sergio Romero (37 años, ex dueño de Casa Esquiú), se asociaron en otro proyecto al que decidieron llamar Apto Bar y que se encuentra en la calle Esquiú al 160, frente al Hotel Casino. El crecimiento fue vertiginoso y sin escalas. Con un diseño moderno e innovador –también realizado por Caminada, quien se encargó de pensar cada detalle y junto con Navarro ejecutaron el proyecto-, en cinco semanas lo convirtieron en un lugar de ensueños, y en diciembre del año pasado terminaron con la primera etapa. Cuatro meses después, el sábado 12 de abril, con banda de rock en vivo y una fiesta para más de 160 personas, inauguraron el Patio Apto al que definieron como “experiencia sensorial y gastronómica”. 

Juan, Lucas, y Sergio Romero
Los Tres Mosqueteros. Juan, Lucas, y Sergio Romero; juntos llevan adelante este nuevo desafió en el que resalta el buen gusto y una atención de excelencia.


Y aunque desde el primer día la aceptación fue masiva, en breve volverá a sufrir otra transformación a la que decidieron bautizar como “propuesta de llamas”.  Esto incluye un asador que todos los fines de semana -mediodía y noche-, contará con la presencia de un parrillero top quien, además de cocinar, intentará conquistar el paladar de los comensales con un repertorio de sabores únicos e inigualables. Todo, acompañado por chef invitados y reconocidos, platos ahumados, carnes al disco, comidas regionales, degustación de buenos vinos, tragos de autor, y postres. “Tenemos el sueño de terminar de construir Torre Andino”, confiesan a dúo y se ilusionan. De la misma manera que lo hacen cientos de vecinos catamarqueños que esperan con ansias que veinte años después, la obra pueda terminarse. 

Apto Bar
El otro desafío. Apto Bar, se encuentra en la calle Esquiú al 160, frente al Hotel Casino, y hace una semana inauguró su patio ideal disfrutar con amigos o en familia. 



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