Juntos, son los dueños de Vientonorte, una empresa de construcción dedicada a desarrollar y llevar adelante distintas obras de excelencia y calidad. El desafío actual: en 18 meses terminaran un edificio que durante casi 20 años tuvo la obra abandonada. Además, acaban de inaugurar Apto Bar, un lugar gastronómico que, entre otras cosas, ofrece platos diferentes y tragos de autor.
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En sociedad. Aunque los dos estudiaron arquitectura en la Facultad Nacional de Córdoba, se conocieron en Catamarca y crearon Vientonorte. |
Según estadísticas de la Secretaría de Obras Públicas de La Nación, en veinte provincias de la Argentina existen más de 200 obras abandonadas a las que se las conoce como los “Elefantes Blancos”. Se trata de grandes construcciones que por problemas judiciales o falta de inversión, quedaron abandonados a su suerte. Y durante muchos años, forman parte del paisaje triste y melancólico de ciudades y pueblos.
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En marcha. De fondo, el edificio Torre Andino. La construcción estuvo parada durante casi 20 años. Ahora con nuevo diseño, estará lista en 18 meses. |
Y para muchos catamarqueños, la Torre Andino se había convertido en eso. Anclada en el barrio Avellaneda y Tula, a dos minutos del Eco Parque el Jumeal, sobre la calle Diputado Nacional Amado David Quintar, durante casi 20 años fue una usina de historias y relatos que en algunos casos, rozaban lo fantasioso e irreal.
La obra se inició en el 2007 y durante tres años tuvo movimiento y crecimiento. Pero en aquel momento, la ciudad no era lo que es hoy. Los servicios públicos como luz, agua, y gas recién se estaban expandiendo y el costo de llevarlos hasta esa zona, eran altísimos. En el invierno de ese año, el país sufría una de las olas polares más dura de su historia y mientras en Buenos Aires nevaba después de 36 años, en San Fernando del Valle de Catamarca las temperaturas bajo cero hacían estragos. La ciudad había quedado incomunicada debido a la nieve acumulada en el cerro Ancasti y en la Cuesta de la Cébila, y esto provocó que el gobierno tomara la decisión de adelantar una semana las vacaciones de invierno. En este contexto de frío extremo, los créditos bancarios también estaban congelados. Y treinta meses después de su inicio, la obra se detuvo por completo. Así, permaneció durante 18 largos años.
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Todas las comodidades. El edificio contará con una planta baja y cuatro pisos en los estarán distribuidos los 30 departamentos de uno y de dos ambientes. |
LA RESURRECCIÓN. Cuando el cordobés Lucas Caminada -37 años, papá de tres hijos: Emma (12), Dante (8), y el pequeño Rafael de siete meses- decidió venirse a vivir a Catamarca, nunca imaginó el desafío que le esperaba. Al poco tiempo de mudarse se puso en pareja con Cecilia (39, abogada) y fue ahí, en una cena familiar, cuando sus suegros, Miguel y Liliana, le contaron que “ellos eran los dueños de aquel proyecto”. A Lucas, arquitecto recibido en la Facultad Nacional de Córdoba, la idea de reactivarlo lo entusiasmó tanto que durante dos años realizó los diseños y los planos de aquella construcción olvidada.
En aquel tiempo trabaja para el gobierno de la provincia supervisando distintas obras del Estado. Y ahí fue donde conoció a Juan Navarro (en pareja con Érica, abogada), el empresario que a los 42 años, antes de tomar cada decisión importante, escucha mucho lo que opine Norma, su mamá, mujer que dedicó su vida a la docencia y se jubiló siendo directora de escuelas del interior. Navarro estudió arquitectura en la misma Universidad que Caminada, pero abandonó cinco materias antes de recibirse. Juntos, decidieron probar nuevos horizontes laborales y armaron la empresa Vientonorte. Ahí fue cuando despertaron al Elefante Dormido. Navarro se encargó de construir “la ingeniería financiera del proyecto”, y hace unos días firmaron el fideicomiso que les va a dar aire para los 18 meses finales.
Totalmente renovado y con un diseño distinto al original, Torre Andino promete ser uno de los edificios más modernos y sofisticados de la provincia. Cuentan con nuevos amenities como pileta, cochera, cerraduras con huella digital, y un ascensor vidriado en el que se puede apreciar la inmensidad del valle en su plenitud. Todo, distribuido en una planta baja y en cuatro pisos en los que se encontrarán los treinta departamentos de uno y de dos ambientes. Ubicado en la parte alta de la ciudad, en la zona de Jumeal, está enmarcado en la belleza que ofrece la majestuosidad de Sierra Colorada.
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El dueño de los números. Juan Navarro tiene 42 años y es la persona que maneja todos las operaciones del proyecto. Amante de la arquitectura, le quedan cinco materias para recibirse. |
En paralelo a la construcción del edificio que comenzaron hace más de un año, decidieron ampliar sus horizontes y junto a Sergio Romero (37 años, ex dueño de Casa Esquiú), se asociaron en otro proyecto al que decidieron llamar Apto Bar y que se encuentra en la calle Esquiú al 160, frente al Hotel Casino. El crecimiento fue vertiginoso y sin escalas. Con un diseño moderno e innovador –también realizado por Caminada, quien se encargó de pensar cada detalle y junto con Navarro ejecutaron el proyecto-, en cinco semanas lo convirtieron en un lugar de ensueños, y en diciembre del año pasado terminaron con la primera etapa. Cuatro meses después, el sábado 12 de abril, con banda de rock en vivo y una fiesta para más de 160 personas, inauguraron el Patio Apto al que definieron como “experiencia sensorial y gastronómica”.
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Los Tres Mosqueteros. Juan, Lucas, y Sergio Romero; juntos llevan adelante este nuevo desafió en el que resalta el buen gusto y una atención de excelencia. |
Y aunque desde el primer día la aceptación fue masiva, en breve volverá a sufrir otra transformación a la que decidieron bautizar como “propuesta de llamas”. Esto incluye un asador que todos los fines de semana -mediodía y noche-, contará con la presencia de un parrillero top quien, además de cocinar, intentará conquistar el paladar de los comensales con un repertorio de sabores únicos e inigualables. Todo, acompañado por chef invitados y reconocidos, platos ahumados, carnes al disco, comidas regionales, degustación de buenos vinos, tragos de autor, y postres. “Tenemos el sueño de terminar de construir Torre Andino”, confiesan a dúo y se ilusionan. De la misma manera que lo hacen cientos de vecinos catamarqueños que esperan con ansias que veinte años después, la obra pueda terminarse.
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El otro desafío. Apto Bar, se encuentra en la calle Esquiú al 160, frente al Hotel Casino, y hace una semana inauguró su patio ideal disfrutar con amigos o en familia. |