Pedro Paulet: el padre de la aeronáutica y la tecnología espacial
Cada vez que nos enteramos de que algún país organizará un viaje al espacio exterior, lo vemos como la cosa más natural. Y es que con el paso de los años, esta actividad se ha vuelto relativamente común en otras latitudes.
Pero lo que pocos saben es que hubo un peruano que ayudó a lograr todo ese desarrollo y es considerado como el padre de la aeronáutica mundial.
La vida y obra de Pedro Paulet
Su nombre fue Pedro Paulet y su obra y legado abarcan múltiples disciplinas, destacándose como ingeniero, arquitecto, químico, economista, geógrafo, escultor, diplomático, escritor, periodista, conferenciante e inventor.
Innovaciones revolucionarias
El principal aporte de Paulet a la aeronavegación y los vuelos espaciales fue la creación del primer motor cohete, impulsado por propelentes líquidos. Utilizando peróxido de nitrógeno como oxidante y gasolina como combustible, Paulet logró construir un motor de acero vanadiado que pesaba dos kilogramos y medio, generaba una presión de noventa kilos y producía trescientas explosiones por minuto. Este innovador dispositivo fue creado en 1900, cuando Paulet era estudiante de ingeniería química en la Universidad de París.
Carrera y vida personal
Paulet nació en una familia de origen humilde en Arequipa. Tras quedar huérfano de padre en 1885, fue acogido en el Colegio San Vicente de Paúl, dirigido por el padre Hipólito Duhamel. A pesar de las dificultades económicas, su talento y dedicación le permitieron ingresar a la Universidad Nacional de San Agustín en 1890, donde estudió en la Facultad de Letras y Ciencias.
Reconocimiento y Legado
El trabajo de Paulet fue reconocido por el físico alemán Hermann Oberth y el inventor estadounidense Robert Goddard, quienes lo consideraron un pionero en el campo de los motores de cohetes de combustible líquido.
Últimos años
En 1930, Paulet dejó Europa para ocupar el cargo de cónsul en Yokohama, Japón. En 1935, regresó a Lima para trabajar en el Ministerio de Relaciones Exteriores y como catedrático en la Universidad Católica del Perú. En 1941, acompañó al mariscal Óscar R. Benavides a Argentina como consejero comercial. Falleció en Buenos Aires el 30 de enero de 1945, siendo enterrado con honores en el Cementerio Presbítero Maestro de Lima.
El legado de Pedro Paulet perdura en la historia de la aeronavegación y los vuelos espaciales, siendo reconocido como un visionario que se adelantó a su tiempo.