Desde 1999, la política venezolana ha estado marcada por el chavismo, encabezado por Hugo Chávez en sus inicios y continuado por Nicolás Maduro. En este contexto, se acerca una fecha histórica: la primera elección presidencial para muchos jóvenes venezolanos, quienes miran el futuro con una mezcla de desconfianza y esperanza.

El contexto electoral y la juventud

La joven Carla Zambrano, estudiante de Comunicación Social, comparte su decisión de participar en los comicios: “Yo voy a ir a votar”, aunque admite que no se siente del todo entusiasmada. El proceso de inscripción electoral fue breve y limitado, lo que impidió que su amiga Astrid de Nobrega pudiera registrarse a tiempo. A pesar de esto, Astrid alberga esperanzas en la figura de Edmundo González Urrutia, candidato opositor de la inhabilitada María Corina Machado.

• La participación de los jóvenes (18-29 años) en elecciones pasadas ha sido menor que la media nacional.
• Según la ONG Voto Joven, cerca de 600.000 nuevos votantes se registraron para estas elecciones.
• Se estima que la intención de voto entre la población venezolana se sitúa entre el 59% y el 60%, según la encuestadora Delphos.

Desconfianza y Teporosidad en el Proceso Electoral

La desconfianza en el sistema electoral es palpable. Zambrano expresa sus dudas sobre la legitimidad del proceso: “Siento que el voto por sí solo no vale al 100%”, sugiriendo que las autoridades podrían manipular los resultados. Este clima de incertidumbre se alimenta de experiencias pasadas y de las denuncias recurrentes de la oposición sobre irregularidades en elecciones anteriores.

En esta ocasión, Maduro busca un tercer mandato consecutivo, un hecho que ha generado un crisol de emociones en la ciudadanía, especialmente entre los más jóvenes, quienes enfrentan una dura realidad económica y social. “No hay plan de vida, ni económico, ni laboral, ni social”, lamenta Ana Colmenares, estudiante de psicología, quien se siente desilusionada con la permanencia de un régimen que prácticamente no ha ofrecido cambios desde su nacimiento.

La crisis económica y sus consecuencias

La economía venezolana se ha visto gravemente afectada, con una contracción del 80% en los últimos siete años y varios años de hiperinflación. Esta crisis ha forzado a casi 7 millones de venezolanos a buscar una vida mejor en el extranjero, según la ONU.

Iniciativas para incentivar el voto

A medida que las elecciones se acercan, diversos grupos de jóvenes activistas, vinculados a partidos políticos, han comenzado a realizar actividades para promover la participación electoral. Grupo como el Movimiento Futuro buscan revitalizar la imagen del chavismo, animando a los electores a mostrar un respaldo a Maduro.

• “La gente se pregunta: ¿Futuro dónde está? ¡Futuro está en la calle apoyando a Nicolás!” es el lema que resuena en las calles de barrios humildes como Agua de Maíz.
• Freddy Lovera, joven activista, se muestra optimista sobre la recuperación económica y social del país.
• Paola Gómez, identificándose como “revolucionaria desde siempre”, expresa su fervor por el futuro de Venezuela impulsado por el amor que simboliza la figura de Hugo Chávez.

Emigración y futuro incierto

Aún con el anhelo de un cambio, muchos jóvenes consideran la posibilidad de emigrar si Maduro es reelegido. Astrid de Nobrega es una de ellas: “Estoy segura de que la inflación se disparará y me preocupa poder proveer para mi familia”. Un estudio revela que un 18% de los venezolanos podría optar por irse del país en un plazo de seis meses si la situación persiste.

A pesar de estas inquietudes, existe un sueño compartido entre jóvenes por construir una “Venezuela del futuro”, un concepto que busca motivar a la juventud a permanecer y contribuir al desarrollo del país, imaginando una nación transformada por ellos mismos.

Conclusión

El panorama electoral en Venezuela es complejo, lleno de desconfianza, pero también de un deseo palpable de cambio entre las nuevas generaciones. La lucha por un futuro mejor sigue siendo un anhelo constante, y la decisión de salir a votar podría convertirse en un acto de gran significado para todos aquellos que desean un país distinto.