Irene Bianchi
¿Y tu perrito, Rosa? ¡Hace un montón que no lo traés al After? ¿Lo seguís teniendo?
¡Obvio! A falta de marido, conservo mi mascota. Me da mucho menos trabajo.
¡Menos mal! Por un momento, me dio miedo que te copiaras de la suegra de Felipe Fort.
Ni idea quién es Felipe Fort, y mucho menos su suegra, Gladys. Ponéme al tanto, porfi.
Felipe es el hijo de Ricardo Fort, que en paz descanse. Y su suegra, léase la madre de la novia, una señora de La Plata, que intentó faenar a su “golden retriever” en una carnicería local.
¿Me estás jodiendo? ¿Por qué?
Según ella, “Toto ya está en edad. Y tiene buen cuero y carne.”
¿En edad de faenarlo? ¡Qué peligroso!
¿Por?
Porque siguiendo ese criterio, nos pueden faenar a nosotras también. “Ya estamos en edad”.
No creo. La diferencia es que nosotras tenemos más cuero duro que carne tierna a esta altura del campeonato.
Seré curiosa. ¿El carnicero aceptó la faena?
¡No! La denunció a la mina y le sacaron la tenencia del rope y lo pusieron en adopción.
Nosotras nos escandalizamos, pero ¿saben las veces que habremos comido gato por liebre, sin darnos cuenta?
¿Y eso qué tiene que ver con el pobre perrito?
Que en una de ésas creíamos que comprábamos rosbif, y resulta que nos llevábamos un cacho de perro o de caballo.
¡Ay! ¡Qué impresión, Beba! ¡Se me revuelven las tripas!
¿Acaso no se acuerdan de los bichos exóticos que comía Marley viajando por el mundo? Hormigas, escarabajos, alacranes, gusanos, cucarachas, tarántulas …
Eso van a tener que comer los nabos de “Gran Hermano”. Cada semana tienen menos presupuesto del morfi. Ni para ganar el desafío semanal sirven esos vagos.
Sin embargo, Gladys, el programa sigue reventando el rating.
Porque a falta de buenas ficciones, la gente se convierte en “voyeurista” de esa manga de parásitos, que buscan fama express.
¡Y bien que la consiguen, amiga! Ni bien salen, aunque hayan sido expulsados por “el Supremo”- como dice Del Moro-, consiguen un laburito en algún elenco o en un panel de chismes. La ley del menor esfuerzo.
Del Moro la debe estar juntando con pala, ¿no? Digo, para seguir conduciendo ese programa pedorro, desprestigiado, inverosímil, previsible.
Yo no siquiera creo en los supuestos votos del público. Por más escribano que haya.
Un bolazo. Como los votos del “Bailando”. Incomprobables.
Ahora que mencionás el Bailando, ¿qué será de la vida del cabezón de Bolívar?
Parece que las hijas no la bancan a su novia Milett. Piensan que es una caza fortunas.
Claro. Prefieren quedarse ellas con la fortuna del papi. Ya tienen la mente puesta en la herencia.
Ojo que dicen que el quía debe mucha guita. ¿O no se acuerdan de los cheques rebotados? No sea cosa que las nenas sólo hereden deudas.
No veo la hora de que salga el reality de los Tinelli para despedazarlo minuto a minuto. Preparemos el pochoclo.
Propongo un brindis por la telechatarra que nos merecemos. ¡Chin, chin!
http://dlvr.it/T59PxC
¿Y tu perrito, Rosa? ¡Hace un montón que no lo traés al After? ¿Lo seguís teniendo?
¡Obvio! A falta de marido, conservo mi mascota. Me da mucho menos trabajo.
¡Menos mal! Por un momento, me dio miedo que te copiaras de la suegra de Felipe Fort.
Ni idea quién es Felipe Fort, y mucho menos su suegra, Gladys. Ponéme al tanto, porfi.
Felipe es el hijo de Ricardo Fort, que en paz descanse. Y su suegra, léase la madre de la novia, una señora de La Plata, que intentó faenar a su “golden retriever” en una carnicería local.
¿Me estás jodiendo? ¿Por qué?
Según ella, “Toto ya está en edad. Y tiene buen cuero y carne.”
¿En edad de faenarlo? ¡Qué peligroso!
¿Por?
Porque siguiendo ese criterio, nos pueden faenar a nosotras también. “Ya estamos en edad”.
No creo. La diferencia es que nosotras tenemos más cuero duro que carne tierna a esta altura del campeonato.
Seré curiosa. ¿El carnicero aceptó la faena?
¡No! La denunció a la mina y le sacaron la tenencia del rope y lo pusieron en adopción.
Nosotras nos escandalizamos, pero ¿saben las veces que habremos comido gato por liebre, sin darnos cuenta?
¿Y eso qué tiene que ver con el pobre perrito?
Que en una de ésas creíamos que comprábamos rosbif, y resulta que nos llevábamos un cacho de perro o de caballo.
¡Ay! ¡Qué impresión, Beba! ¡Se me revuelven las tripas!
¿Acaso no se acuerdan de los bichos exóticos que comía Marley viajando por el mundo? Hormigas, escarabajos, alacranes, gusanos, cucarachas, tarántulas …
Eso van a tener que comer los nabos de “Gran Hermano”. Cada semana tienen menos presupuesto del morfi. Ni para ganar el desafío semanal sirven esos vagos.
Sin embargo, Gladys, el programa sigue reventando el rating.
Porque a falta de buenas ficciones, la gente se convierte en “voyeurista” de esa manga de parásitos, que buscan fama express.
¡Y bien que la consiguen, amiga! Ni bien salen, aunque hayan sido expulsados por “el Supremo”- como dice Del Moro-, consiguen un laburito en algún elenco o en un panel de chismes. La ley del menor esfuerzo.
Del Moro la debe estar juntando con pala, ¿no? Digo, para seguir conduciendo ese programa pedorro, desprestigiado, inverosímil, previsible.
Yo no siquiera creo en los supuestos votos del público. Por más escribano que haya.
Un bolazo. Como los votos del “Bailando”. Incomprobables.
Ahora que mencionás el Bailando, ¿qué será de la vida del cabezón de Bolívar?
Parece que las hijas no la bancan a su novia Milett. Piensan que es una caza fortunas.
Claro. Prefieren quedarse ellas con la fortuna del papi. Ya tienen la mente puesta en la herencia.
Ojo que dicen que el quía debe mucha guita. ¿O no se acuerdan de los cheques rebotados? No sea cosa que las nenas sólo hereden deudas.
No veo la hora de que salga el reality de los Tinelli para despedazarlo minuto a minuto. Preparemos el pochoclo.
Propongo un brindis por la telechatarra que nos merecemos. ¡Chin, chin!
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