Cada 16 de febrero la Iglesia universal recuerda a San Onésimo, obispo de Éfeso y mártir. Se desconoce la fecha exacta de su nacimiento, pero se sabe que fue natural de Colosas (hoy Turquía). Sufrió por muchos años la condición de esclavo hasta que se convirtió en fugitivo tras robarle a su amo, Filemón, amigo del apóstol San Pablo.