Con una trayectoria que abarca más de cinco décadas, Susana Giménez, la gran figura de la televisión argentina, celebró sus 80 años en Punta del Este. Sin dudas, desde sus primeros pasos en la escena mediática, Susana se ha caracterizado por compartir con el público no solo sus momentos más exitosos sino también sus episodios dolorosos. Así, supo ganarse el corazón de los argentinos.
En estos días, sin duda especiales, se repasan algunos de los momentos más divertidos que protagonizó en la televisión con su clásico programa "Hola, Susana": en 1987, Giménez fue tentada para hacer una réplica del programa televisivo de la indiscutida estrella italiana Raffaella Carrá en ATC, hoy la TV Pública, y la diva aceptó el desafío de estar al frente de un ciclo de entretenimientos que se emitía al mediodía y estaba destinado para las amas de casa.
Luego de su paso por la emisora estatal, Alejandro Romay la convenció de irse con este exitoso formato a la pantalla de Canal 9. Y desde 1992, Susana Giménez se convirtió en la estrella indiscutida de Telefe, el canal al que tiene previsto regresar durante este año.
A lo largo de su carrera, la presentadora ha vivido diferentes episodios o “perlitas”, como ella los suele llamar. El más emblemático ocurrió en 1993 cuando estaba entrevistando a Daisy Krieger Vasena de Chopitea, dama de sociedad y presidente de COAS. Así, durante la charla en el living, la invitada le estaba contando que realizaban una exposición y habían traído a “un dinosaurio de la Patagonia”. Con total ingenuidad, Susana le preguntó: “¿En serio? ¿Vivo?”. Entre risas, la invitada le respondió: “Esperemos que no”. Ese episodio se convirtió en un blooper inolvidable en la carrera de la conductora. Inmediatamente, tras un corte, la diva volvió a hablar de este tema y generó más confusión al intentar defenderse: “Por supuesto que está todo el estudio burlándose de mí, pero no me importa. Se encontró un huevo de dinosaurio y un chico lo vendió en dos millones de dólares, para que sepan”. Más tarde, mientras se seguían riendo de sus palabras, ella se justificó por su reacción: “No me hablen más. Soy naif”.
Asimismo, y sobre el mismo tema, pero en otra oportunidad, Giménez volvió a equivocarse cuando estaba charlando con un hombre sobre el descubrimiento de unos restos pertenecientes a un dinosaurio carnívoro de hacía tres millones de años. “¿Por qué le dicen carnívoro?”, le consultó la presentadora. “Porque se alimentaba de carne precisamente”. Fiel a su estilo, Susana le preguntó: “¿Atacaban a los hombres?”. El entrevistado le respondió: “No, los seres humanos no existían en ese momento”.
Entre otras imperdibles, la anécdota tiene que ver con la querida ciudad de La Plata. Así, esta "perlita" se dio cuando le consultó a un niño sobre la capital de la Argentina y este respondió de manera correcta “Buenos Aires”. Pero ella agregó que también podría ser “La Plata”. En otro momento, provocó el llanto desconsolado de un pequeño cuando él le estaba mostrando a una salamandra. La diva se asustó y el anfibio se perdió en el estudio de televisión. “Guido mañana te compramos cuatro si querés”, le dijo al niño para intentar calmarlo.
Por último, y más allá de su indiscutido talento, lo importante es que a lo largo de su carrera, Susana aprendió a reírse de ella misma, con sus clásicos despistes y equivocaciones, que ya se convirtieron en una marca registrada.
http://dlvr.it/T26JzD
En estos días, sin duda especiales, se repasan algunos de los momentos más divertidos que protagonizó en la televisión con su clásico programa "Hola, Susana": en 1987, Giménez fue tentada para hacer una réplica del programa televisivo de la indiscutida estrella italiana Raffaella Carrá en ATC, hoy la TV Pública, y la diva aceptó el desafío de estar al frente de un ciclo de entretenimientos que se emitía al mediodía y estaba destinado para las amas de casa.
Luego de su paso por la emisora estatal, Alejandro Romay la convenció de irse con este exitoso formato a la pantalla de Canal 9. Y desde 1992, Susana Giménez se convirtió en la estrella indiscutida de Telefe, el canal al que tiene previsto regresar durante este año.
A lo largo de su carrera, la presentadora ha vivido diferentes episodios o “perlitas”, como ella los suele llamar. El más emblemático ocurrió en 1993 cuando estaba entrevistando a Daisy Krieger Vasena de Chopitea, dama de sociedad y presidente de COAS. Así, durante la charla en el living, la invitada le estaba contando que realizaban una exposición y habían traído a “un dinosaurio de la Patagonia”. Con total ingenuidad, Susana le preguntó: “¿En serio? ¿Vivo?”. Entre risas, la invitada le respondió: “Esperemos que no”. Ese episodio se convirtió en un blooper inolvidable en la carrera de la conductora. Inmediatamente, tras un corte, la diva volvió a hablar de este tema y generó más confusión al intentar defenderse: “Por supuesto que está todo el estudio burlándose de mí, pero no me importa. Se encontró un huevo de dinosaurio y un chico lo vendió en dos millones de dólares, para que sepan”. Más tarde, mientras se seguían riendo de sus palabras, ella se justificó por su reacción: “No me hablen más. Soy naif”.
Asimismo, y sobre el mismo tema, pero en otra oportunidad, Giménez volvió a equivocarse cuando estaba charlando con un hombre sobre el descubrimiento de unos restos pertenecientes a un dinosaurio carnívoro de hacía tres millones de años. “¿Por qué le dicen carnívoro?”, le consultó la presentadora. “Porque se alimentaba de carne precisamente”. Fiel a su estilo, Susana le preguntó: “¿Atacaban a los hombres?”. El entrevistado le respondió: “No, los seres humanos no existían en ese momento”.
Entre otras imperdibles, la anécdota tiene que ver con la querida ciudad de La Plata. Así, esta "perlita" se dio cuando le consultó a un niño sobre la capital de la Argentina y este respondió de manera correcta “Buenos Aires”. Pero ella agregó que también podría ser “La Plata”. En otro momento, provocó el llanto desconsolado de un pequeño cuando él le estaba mostrando a una salamandra. La diva se asustó y el anfibio se perdió en el estudio de televisión. “Guido mañana te compramos cuatro si querés”, le dijo al niño para intentar calmarlo.
Por último, y más allá de su indiscutido talento, lo importante es que a lo largo de su carrera, Susana aprendió a reírse de ella misma, con sus clásicos despistes y equivocaciones, que ya se convirtieron en una marca registrada.
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