El 22 de
octubre se celebra el Día Internacional de los Frutos Secos, que al
contener grasas saludables, oligoelementos, proteínas y ácidos grasos omega 3,
poseen propiedades antioxidantes, previenen enfermedades cardiovasculares y
ayudan a controlar el colesterol. En Argentina, la empresa Melar es la
principal proveedora de la industria y afirman que las ventas de almendras,
castañas, nueces, pistachos y otros se multiplicaron en los últimos años. Por
qué se da este fenómeno y por qué los nutricionistas los recomiendan tanto.
Los frutos secos gozan de buena reputación
y son recomendados prácticamente en todas las dietas que buscan cuidar la
salud. Aportan
proteínas, vitaminas del complejo B, vitamina E y fibra y además, muy fáciles
de consumir solos o agregados en decenas de comidas y colaciones. Por eso, no
llama la atención que en una época donde hay un verdadero boom de
dietéticas, productos saludables y mucha gente que se preocupa y ocupa por
“alimentarse mejor”, la venta de estos productos haya aumentado notablemente.
Desde Melar, por ejemplo, la
Pyme argentina que es la principal proveedora de materias primas del país,
dan números que asombran: “durante los últimos 5 años las ventas, en
promedio, de frutos secos, aumentaron un 100% de un año a otro, es decir, que
en 5 años tuvimos un 500% más de demanda de nueces, pistachos, castañas,
almendras, pasas de uva y otros”, destacan. Tanto su marca propia, El
Cosaco, como la venta a granel, registraron estos aumentos en la demanda.
Guadalupe Benavídez, licenciada en Nutrición especializada en
microbioma intestinal, destaca que “estos pequeños y maravillosos frutos son una
alternativa saludable y fácil de incorporar en la dieta habitual, además, se
mantienen sin problema a temperatura ambiente y eso hace que sea muy sencillo
llevarlos a cualquier lado manteniendo sus propiedades nutricionales. Son muy
versátiles, se pueden consumir de diferentes maneras y en distintas
preparaciones”.
La profesional acerca además algunas ideas
y consejos para consumirlos a diario:
-
Solos como snacks, o bien, en el desayuno o a la hora del té, con yogur
o leche y frutas, de esta manera además de sumar nutrientes, brindamos una
textura diferente
-
Procesadas en harinas para hacer diferentes preparaciones como
galletitas y panes o bien dentro de licuados
-
Procesadas en pasta (de maní, de almendras, de castañas, de avellanas)
para untar a una tostada o comer con frutas
-
Picadas para incluir en preparaciones como ensaladas
Por último, Guadalupe Benavídez
agrega que “al ser alimentos con un alto contenido en grasas saludables y
poseer fibra, son una excelente alternativa de bajo índice glucémico y
benefician a la microbiota intestinal. Siempre es mejor optar por aquellos que
no estén fritas y no tengan sal o azúcar agregada. Para asegurarte de ellos, es
importante que leas atentamente las etiquetas de los envases, en caso de
comprarlas envasadas. Si las comprás sueltas en la dietética consultale al
vendedor”, finaliza.