Señaló que «es de esperar que familiares y amigos sufran diferentes síntomas emocionales y físicos como ansiedad, miedo, culpa, confusión, negación, depresión y tristeza».
«Hay deudos que necesitan despedirse mirando el cuerpo mientras que otros eligen recordar la esencia del ser humano que se fue tal como era en vida. El primer caso tiene que ver con el hecho de que hay gente que necesita confirmar la muerte para poder entender y tomar conciencia», agregó
Para el especialista, «el duelo -que etimológicamente tiene el mismo origen que el dolor- es independiente de la presencia en el funeral o no. Es natural que se produzca un vacío. El duelo es como una herida y por lo tanto necesita cicatrización», amplió.
Etapas del duelo
«Lo primero que emerge frente a la pérdida es la negación. La incredulidad es la primera reacción pero debe superarse para digerir la pérdida. Luego, sobreviene el enojo, sobre todo en estos casos donde prevalece la injusticia», dijo Antonowicz
Continuó: «Una vez superadas estas dos fases del duelo, hay una suerte de negociación seguida por la depresión. En esta etapa, sobreviene un agotamiento y la sensación de que el dolor nunca va a cesar».
Explicó que «el último paso del duelo es la aceptación. Llegar a este punto requiere de un gran trabajo. Es preciso ser consciente de las emociones generadas durante el período de duelo y es correcto permitirse sentirlas».
«Es sano colocar en un lugar adecuado al ser querido en nuestra vida emocional para no obstaculizar la elaboración del duelo», concluyó.