Irene Bianchi [email protected] ¡Ay, chicas! ¡Qué epidemia Otro virus más, Moni? ¡No me digas que vuelven el barbijo y la cuarentena! ¡No, Lili! ¡Epidemia de separaciones de famosos! Ni idea. ¿Quiénes? Primero, Harry y Meghan. ¿Cuál Harry? ¿La oveja negra de la monarquía inglesa? Oveja pelirroja en este caso. Sí, ése. ¿Habrán hecho un acuerdo prenupcial? Más vale. El principito tiene una fortuna de 40 palos verdes. La Reina Isabel, antes de espichar, se aseguró que lo firmaran. Previsora, la Queen. Igual Meghan no va a quedar en la lona. Ojalá vuelva a actuar. ¿Y quién más se separó, Moni? El Primer Ministro de Canadá, Justin Trudeau, de su esposa Sophie Grégoire, tras 18 años de matrimonio. Tres hijos tienen. Él, un bombonazo. Las canadienses ya deben haber tirado las redes. ¿Y por estos lares? Bueno, pasando de la realeza y las altas esferas a los plebeyos. Tini y Rodrigo de Paul. Yo no les daba ni media hora a esos dos. Lo que empieza mal … ¿Y qué van a hacer con los tatuajes que se hicieron con el nombre del otro? ¿Qué sé yo? O los borran, o los resignifican. Y eso ¿qué quiere decir? Por ejemplo, el que tiene Rodrigo en la panza: “Tini”, se puede convertir en “Argentinian”. No nos olvidemos que el pibe trajo la Copa. ¿Y ahora él volverá con la ex? ¡No! Ella le echó flit. Debe estar saboreando la venganza. Hablando de “celebrities”, ¿se enteraron de las exigencias de Luismi? ¿Qué nadie lo mire a los ojos? Aparte. Rosas blancas de tallo largo, sin espinas en su camarín, telas blancas y velitas con aroma a vainilla. ¿Cómo saben que el que vino no es uno de sus múltiples dobles, que hace playback? ¿Y cómo sabés vos que el Paul que vino al Estadio Único era el posta? Con que te lo creas, suficiente. Cierto. Nos hemos tragado cada sapo a lo largo de la vida, cada truchada. Me hartan los famosos que no les dan bola a los fans, siendo que viven de ellos. ¿Quién sos, Luismi?! ¡Bajáte del pony, chamaco! No tan chamaco, eh. Es del ’70. ¿Ya se le habrá filtrado alguna buscafama en el hotel, inventando una noche de amor? Lo dudo. Tiene más guardaespaldas que el Papa. Está blindado. Además vino con su novia, Paloma Cuevas, una diseñadora, ex esposa del torero Enrique Ponce. ¿Vieron cómo se reforestó el bocho el Rey Sol? Flor de injerto. Le plantaron una pelambre. Yo le preguntaría, a lo Chiqui Legrand: “Luismi, ¿quién te hizo la carita?”, porque se dio una biaba de botox. Lisito, lisito, como culito de bebé. El que puede, puede. El que no, queda pelado y arrugado. Quévachaché. Ya no somos “La chica del bikini azul”. No. Ahora somos las jovatas del pareo. ¡Chin, chin!
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