Mons. Ojea escuchó la demanda de los denominados “metrodelegados” y anheló una pronta solución.
El conflicto lleva varios meses y ha incluido medidas de fuerza como la apertura de molinetes y paros que afectaron a las distintas líneas.
Los trabajadores solicitan al Gobierno de la Ciudad que se quite de los trenes el asbesto, una sustancia mineral cancerígena, y se mantenga a los empleados bajo supervisión médica.
Denuncian que por esta causa ya fallecieron tres compañeros, y otros once presentan un diagnóstico de neumoconiosis, provocado por la inhalación del material.
Las fibras de asbesto, que se encuentran en los coches y en el aire, ponen en riesgo la salud de trabajadores y pasajeros, además de ocasionar daños ambientales.
Los delegados agradecieron al obispo por la reunión para "hacerle conocer la problemática”.
Asimismo, valoraron “el interés de referentes de diferentes sectores de la sociedad, que nos ayudan a difundir la gravedad de la situación que enfrentamos". Además, reiteraron que se trata de “una cuestión de salud pública”.
Este martes, Francisco Ledesma, secretario de salud laboral de la Asociación Gremial de Trabajadores del Subte y Premetro, habló con CNN Radio y aseguró que con el Gobierno de la Ciudad “no hay negociación ni ventana de solución”, ya que el diálogo “está cortado”.
También aseguró que desde la Ciudad habían prometido acercar una propuesta para responder al problema, pero “no hubo nada”.