En su prédica de este domingo, en el que se celebra la Transfiguración del Señor en el monte Tabor, el Prelado peruano hizo votos para que la Virgen de Fátima “bendiga copiosamente a todos los jóvenes participantes para que, habiendo tenido la gracia de ver la gloria de Cristo en la montaña alta de esta Jornada Mundial, ahora bajen con renovado entusiasmo y se pongan en camino, con Santa María, para testimoniar, a otros jóvenes como ellos, que Cristo es el único capaz de llenar de sentido y plenitud, el corazón humano”.
Mons. Eguren resaltó luego que “las Jornadas Mundiales de la Juventud, no son un mero lugar de encuentro intercultural donde los jóvenes se reúnen para convivir en paz y sólo intercambiar sus experiencias. Esto está muy bien, pero las Jornadas Mundiales de la Juventud, aspiran a mucho más”.
Estos eventos de la Iglesia, destacó el Arzobispo, “aspiran a ser todo un acontecimiento de conversión y evangelización, especialmente pensado con amor para los jóvenes del mundo entero”.
“Así las inauguró San Juan Pablo II, las continuó Benedicto XVI, y con ese mismo espíritu y objetivo las ha convocado nuevamente el Papa Francisco. La finalidad de la Jornada Mundial de la Juventud, Lisboa 2023, ha sido la de dar a conocer a los jóvenes a Cristo como la luz y la salvación del mundo”.
De ese modo, precisó a las jóvenes generaciones se les invita a “abrir las puertas de su corazón, por medio de una conversión sincera de vida, descubriendo al Señor Jesús, como el único camino a recorrer, la única verdad a ensayar y la única vida a vivir”.
El Arzobispo peruano subrayó luego que en todas las JMJ “hemos sido testigos del inmenso bien que éstas han hecho a millones de jóvenes y a la propia Iglesia”.
“¡Cuántas conversiones, cuántas vocaciones al sacerdocio y a la vida consagrada, cuántos matrimonios cristianos, cuántas iniciativas de evangelización y apostolado han nacido de las Jornadas Mundiales de la Juventud!”, exclamó.
La JMJ Lisboa 2023 se realizó del 1 al 6 de agosto en la capital portuguesa. Entre sus diversos mensajes a los jóvenes peregrinos, el Papa Francisco resaltó que en la Iglesia hay lugar para todos y que Dios ama a sus hijos como son.
En el último evento, el encuentro con los voluntarios, el Santo Padre alentó a los jóvenes a ser “surfistas del amor” –en alusión a las olas gigantes de 30 metros de la localidad portuguesa de Nazaré– en las olas de la vida.