“Lo primero que hay que esforzarnos por ofrecer es empatía, comprensión, porque las personas que están envueltas en alguna adicción, seguramente están viviendo realidades muy complejas”, afirmó Mons. Roberto Yenny García, responsable de la Dimensión Episcopal para la Pastoral de la Salud de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM).
El también Obispo de Ciudad Valles, en el estado de San Luis Potosí, indicó a ACI Prensa que es necesario “tener una cercanía, una solidaridad cristiana en las comunidades parroquiales y en los movimientos eclesiales con los familiares de quienes están padeciendo los estragos de alguna adicción, alguna droga o algún vicio”.
El prelado ofreció entonces estos 3 consejos al respecto:
1. Fortalecer el matrimonio
“Cuando hay cariño, comunicación y unidad en la pareja, están más fuertes para traer con amor a sus hijos al mundo”, recomendó el obispo.
2. Ayudarlos a reforzar la autoestima y la fe de los hijos
“Que les ayuden a saber que nunca estarán solos, que Dios los ama y que ellos estarán para escucharlos sin juzgarlos”, exhortó.
3. Apoyarlos en las dificultades que tengan
“De manera que las adicciones no se conviertan en tentación de huida o búsqueda de compensación a cosas que no se pueden manejar dentro de la familia”, resaltó el prelado.
Mons. Yenny comentó que en su diócesis hay diversos lugares adonde las personas pueden recurrir: “Tenemos centros de escucha, apoyo a través de Cáritas, asistencia psicológica con terapeutas que ayudan a las familias”, así como “vinculaciones con grupos de apoyo como Narcóticos Anónimos o Alcohólicos Anónimos”.
El obispo destacó la importancia de seguir buscando otras alianzas “para ofrecer, además de la comprensión empática a quienes padecen del flagelo de alguna droga y sus familiares, darles una vinculación con instituciones que puedan ayudarlos y acompañarlos”.
Un mensaje
Finalmente, el responsable de la Dimensión Episcopal para la Pastoral de la Salud de la CEM envió un mensaje especial a quienes sufren de adicciones y a sus familiares.
“Es un trabajo contra la droga y las adicciones en el que nadie puede estar solo. Necesitamos trabajar unidos creyentes y no creyentes y quienes están empeñados en fortalecer a la familia y a las personas”, aseguró.
“Tenemos que buscar esos puentes para poder, juntos, luchar contra estas nuevas esclavitudes que nos traen las adicciones y poder ofrecer la libertad de Cristo y también la libertad que puede alcanzar la libertad cristiana con la solidaridad”, subrayó el obispo.
“Dios los ama muchísimo. ¡Acérquense a su comunidad parroquial, a las comunidades cristianas, para recibir ese apoyo y ese respaldo!”, finalizó.