Los sacerdotes de origen francés Jean Pierre, Isidore Quémerais, Jean Marie Biler, Louis Gergaud, and François LeVézouët fueron reconocidos Siervos de Dios por la Santa Sede el 30 de noviembre de 2020.
El Dicasterio para las Causas de los Santos del Vaticano, que supervisa los pasos y el proceso de canonización, concedió que las cinco causas se consideraran juntas como una sola.
Los presbíteros llegaron a Luisiana para atender a la población durante la epidemia de fiebre amarilla de 1873, sirviendo en una zona actualmente configurada como la Diócesis de Shreveport.
La USCCB relata que, cuando la enfermedad asoló la comunidad en 1873, ellos atendieron a los lugareños, asistieron a los enfermos y ungieron a los moribundos.
Un periódico de Nueva Orleans describió el brote en Shreveport como “cuatro veces peor” que cualquier otro visto en décadas, pero los cinco sacerdotes decidieron permanecer en la comunidad y seguir sirviendo a pesar de las terribles condiciones, y cada uno sucumbió a la fiebre amarilla, recuerda el Episcopado estadounidense.
En su solicitud de apertura de la fase diocesana de canonización, Mons. Francis I. Malone, Obispo de Shreveport, destacó los beneficios que la vida y virtudes de estos sacerdotes tienen para los fieles en Estados Unidos, en vista de la reciente pandemia de COVID-19.
“Reconocemos como dignos de especial consideración y honor a estos cinco sacerdotes que ofrecieron libre y voluntariamente su vida, inspirados y sostenidos por la caridad, y perseveraron en esta determinación hasta la muerte en cumplimiento puro y final de la virtud cristiana en la tierra de Dios, para aliviar el sufrimiento de la humanidad”, escribió el obispo.
El Arzobispo Christophe Pierre, Nuncio Apostólicos para los Estados Unidos, indicó en una entrevista publicada el 16 de junio, reiteró que “ellos dejaron todo para evangelizar y dieron su vida con una inmensa generosidad”.
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