En Jujuy, las últimas semanas estuvieron marcadas por el conflicto entre los docentes y el Estado, por un reclamo salarial que motivó protestas y una huelga.
A esta situación se le sumó el rechazo de parte de los jujeños a la reforma de la Constitución provincial de Jujuy, aprobada y puesta en vigencia por el gobierno provincial encabezado por Gerardo Morales, que entre sus modificaciones añade artículos que limitan el derecho a la protesta social, prohibiendo cortes de calles y de rutas.
La Constitución trata, además, algunos temas referidos a los derechos de las comunidades de pueblos originarios, puntualmente en lo referido a la propiedad privada.
El martes 20 de junio, al ponerse en vigencia la nueva Carta Magna de la provincia, manifestantes irrumpieron en la Legislatura, provocando disturbios y daños, incluso generando un incendio dentro del edificio.
Esto llevó a enfrentamientos con la Policía, dejando numerosos heridos y detenidos.
En la provincia de Chaco, la situación es de dolor e incertidumbre por la desaparición de la joven Cecilia Strzyzowski, investigada como homicidio, y que tiene como imputados al marido de Cecilia, César Sena, y a los padres de éste: Emerenciano Sena y Marcela Acuña.
Los chaqueños se movilizaron en reclamo de justicia, y la policía continúa investigando para esclarecer el caso.
“Todo se pierde cuando la palabra cede el paso a la violencia”En ese marco, la Conferencia Episcopal Argentina se unió al sentir de las Iglesias locales de Jujuy y de Resistencia, esta última capital de la provincia del Chaco.
“En estos días, los argentinos volvemos a enfrentarnos bajo el signo de la violencia”, lamentaron.
Por eso, como pastores y como argentinos, hacen suyas las palabras del Obispo de Jujuy, Mons. César Daniel Fernández: “Hay que construir puentes a recorrer para encontrarnos y no dinamitarlos… Todo se puede lograr con el diálogo y todo se pierde cuando la palabra cede el paso a la violencia”.
“Es fatigoso el camino del diálogo, pero hay que transitarlo y escucharnos pacientemente haciendo lugar a las distintas voces de los actores de nuestra vida social”, consideraron.
“Necesitamos todos pacificar nuestros corazones frente a tantos hechos que nos conmueven y duelen", añadieron.
"En Jujuy y en Chaco hemos contemplado realidades desgarradoras ante las que, como cristianos, no podemos permanecer indiferentes”, advirtieron los obispos.
Pese a que “no son las únicas”, estas dos situaciones hacen visible “tanta violencia y tanta injusticia en las que el dolor cala hasta los huesos invitándonos a estar cerca de nuestros hermanos que sufren”.
Recordando las palabras de la Comisión de Justicia y Paz de la Arquidiócesis de Resistencia, reconocieron que “todos tenemos un espacio para actuar responsablemente y generar procesos de transformación para rehabilitar y auxiliar a nuestra comunidad herida".
Para ello, llamaron a "un genuino espíritu de justicia y de verdad, de no violencia y de paz”.
Los prelados invitaron al Pueblo de Dios “para que en este fin de semana podamos ofrecer, en todas las celebraciones eucarísticas a lo largo y ancho de la Patria, una súplica por la paz y la justicia que brote de lo profundo de nuestro corazón creyente”.
En concreto, proponen que en todas las parroquias y comunidades, el sábado 24 y el domingo 25 de junio se celebre la Misa por la Patria (formulario Nº 21 del Misal Romano), con las lecturas propias del XII domingo del tiempo ordinario.
“Confiando en la misericordia del Señor que pacifica nuestros corazones, ponemos la búsqueda de paz y justicia que se anuda en el corazón de los ciudadanos argentinos en manos de Nuestra Madre de Luján”, concluyeron.