La ceremonia fue celebrada el sábado 13 de mayo por el Obispo local, Mons. Brendan J. Cahill, en la Catedral de Nuestra Señora de la Victoria.
Al día siguiente, el P. Prihoda, asignado a la iglesia Santa Rosa Lima en Shulemburg, celebró su primera Misa en la iglesia San Miguel Arcángel, en Weimar, la ciudad donde había nacido en 1984.
Prihoda, de 38 años, jugó en los equipos Texas AirHogs y Edinburg Coyotes, y fue entrenador de béisbol antes de ingresar al Seminario St. Mary.
En una publicación de la Diócesis de Victoria, el presbítero contó que nació “dentro de una familia amorosa”, donde su “fe era importante”, pero donde sus padres lo impulsaron a seguir su “pasión por el béisbol”.
“Dios me dotó de muchos talentos como lanzador. Fui extremadamente bendecido por el apoyo de mis padres en mi carrera escolar y en el béisbol. Pude jugar cuatro años de béisbol universitario y de ligas menores. Después de jugar, fui entrenador durante dos años”, narró el P. Prihoda.
“El béisbol me ofreció la oportunidad de recibir una licenciatura y una maestría”, agregó.
Fue durante su tiempo como entrenador de béisbol que Luke discernió la voluntad de Dios y tomó la decisión de seguir el camino del sacerdocio.
“Mientras era entrenador, comencé a reorganizar mis prioridades y busqué profundizar mi comprensión de la fe católica después de asistir a algunos retiros. Empecé a darme cuenta de que Dios tenía reservado para mí algo más que tratar de impartir sabiduría a 35 jugadores cada temporada”, detalló.
Prihoda decidió entregar a Dios todo su éxito porque, según afirma, se dio cuenta “de que estaba siendo llamado a trabajar con nuestro Señor en su viña”.
El presbítero recordó con alegría que los últimos cuatro años en el Seminario St. Mary le ofrecieron “una gran cantidad de oportunidades para crecer en la fe y en el amor a Dios y a su creación”.
La Diócesis de Victoria, establecida en 1982, atiende a alrededor de 105 mil católicos.