Hace tres meses, mientras conducía su camioneta con su pequeño sentado en el asiento trasero, su ex cuñado intentó asesinarlo. Con una 4×4 lo persiguió durante 50 cuadras y lo embistió varias veces. Lo increíble, aunque ya pasaron más de noventa días, no hay detenidos.
Hace cinco años que la vida de Juan Manuel Piñeiro es una verdadera pesadilla. Todo comenzó el día que decidió separarse de Natalia Montero, la mamá de su hijo Lorenzo (7). A los pocos meses, por distintos motivos, comenzó una ola de denuncias cruzadas que se iniciaron en marzo de 2020, y que continúan hasta hoy: “Con todas las presentaciones que tengo contra mi ex, podía empapelar parte de mi casa”, confiesa el piloto de carreras en tono irónico. Y si bien hace tiempo que sufre agresiones y maltratos, tanto de su ex como de algunos miembros de su familia, lo que pasó en el mes de febrero, superó todos los límites.
Así lo relata Piñeiro: “Como estábamos de vacaciones y el día estaba agradable, salimos con mi hijo a tomar un helado y aproveché el viaje para pasar por el taller de un mecánico amigo en Ramos Mejía, la persona que me atiende los autos de carrera. En la esquina de Lezica y Venezuela, en el partido de San Justo, paré en el semáforo y a los pocos segundos una camioneta Ford Ranger de color blanca, me embistió por atrás”.
Increíblemente, no se trató de un accidente. Quien manejaba la 4×4 era Ariel Bubu Montero, el hermano menor de su ex pareja. “Al principio pensé que se trataba de alguien que se había quedado sin frenos o que me chocó porque venía distraído. Lo primero que hice fue mirar para atrás para ver como estaba mi hijo. Y ahí sentí el segundo impacto. Cuando miré por el espejo, me di cuenta que era mi ex cuñado”, relata el empresario.
Lo que siguió fue una persecución como si se tratara de la filmación de una película de Hollywood. Ariel lo corrió durante 50 cuadras, lo chocó cerca de 10 veces, y cuando logró ponerse a la par le mostró un arma de fuego: “¡Fue una locura! –continúa el relato Juan Manuel– Mi hijo se largó a llorar y me preguntaba asustado ‘¡Papá!: ¿qué está pasando? ¿Por qué el tío nos está chocando? No sabía que decirle… Lo único que pensaba era en escaparme: tenía miedo que nos mate”.
Finalmente, luego de recorrer casi cuatro kilómetros, Piñeiro consiguió llegar a la calle Garibaldi, se subió a la vereda del lado derecho y estacionó la camioneta en la puerta de la comisaría. Cuando los policías vieron lo que pasaba, consiguieron detener al agresor. “Lo apresaron y Bubu gritaba: ‘¡Me quiso robar! ¡Me quiso robar!’, pero cuando la policía verificó sus antecedentes y vio los choques en los dos autos, se dieron cuenta que el verdadero delincuente y asesino era él”, confiesa Piñeiro.
Amor de papá. Junto a Lorenzo, festejando su cumpleaños número siete hace unas semanas. A pesar de la pelea que mantiene con su ex, la relación con su hijo es impecable.
-¿Cómo siguió la historia?
-La causa cayó en la Fiscalía Número Uno de San Justo, encargada de tratar temas sobre violencia de género. Ellos son los que están investigando todo.
-¿Por qué fue a parar a esa Fiscalía: qué le dijeron sus abogados?
-No entendemos bien porque… Lo correcto en este caso hubiese sido que la denuncia la tome una fiscalía ordinaria porque esto fue un intento de doble homicidio: contra mi hijo y contra mí.
-Para poder entender un poco todo lo que paso y sin ánimo de justificar nada: ¿previo a los choques, usted había discutido con su ex cuñado?
-No, hacía muchos años que no lo veía y no teníamos contacto. Si bien en su momento pudimos discutir alguna vez por algo, la relación no era ni buena ni mala. Por eso no entiendo su reacción.
-¿Lo pudo haber confundido con otra persona?
-¿Te parece? No tengo una cara que te la puedas confundir… Además vio que mi hijo estaba sentado en el asiento de atrás, es su sobrino que ve casi todos los días. Además, en un momento se puso a la par y me mostró un arma.
-¿Después del hecho, pudo hablar con Natalia, su ex pareja?
-Sí, cuando estaba en la puerta de la comisaría me mandó decenas de mensajes. Lo increíble es que en lugar de preguntarme como estaba nuestro hijo, me seguía amenazando.
-¿Qué decían esos mensajes?
-Cosas delirantes y sin sentido. En un momento le dije: ‘Me chocaron toda la camioneta con el nene arriba’, y ella respondió: ‘Me chupa un huevo. Te vamos a matar a vos y al nene también. Nos tenés re podridos’.
-Lo qué está contando es muy grave. ¿Tiene pruebas de esto? ¿Las presentó en la justicia?
-Sí, y si querés te muestro los mensajes y te hago una copia para que los publiques. Los tengo acá en mi teléfono, nunca los borré. Y también con mi abogado los presentamos en la Fiscalía Número Uno, el día que me llamaron a declarar.
-¿Qué le dijo la fiscal?
-No me atendió la fiscal de manera directa. La presentación la hice a través de la instructora de la causa, la señora Gabriela Castellón. Cuando le mostré los mensajes de Natalia, le restó importancia…
-¿Quién tiene hoy la custodia de su hijo?
-La custodia es compartida con la mamá, pero hace tiempo, y mucho más después de todo esto, pedí la tenencia definitiva.
-Hace poco, una jueza de la Pampa, Ana Pérez Ballester, también hizo oídos sordos a las denuncias de un papá, y esto le provocó la muerte a Lucio Dupuy: ¿le preocupa qué pase lo mismo con Lorenzo?
-Lo pienso todos los días: tengo miedo que mi hijo termine como Lucio Dupuy. Porque esta no fue la única vez que Natalia amenazó con matarlo. Ya presenté más de cinco denuncias en las que la mamá también escribió amenazas parecidas.
-¿Y nadie hizo nada? ¿Cómo sigue esa causa?
-¿Querés qué te cuente? Te vas a reír. El jueves 16 de marzo, tuve la entrevista con la perito psicóloga de la causa, la licenciada Romina Vázquez Subin. Tuvimos una charla de dos horas. Lo increíble fue cuando leí el informe que hizo. Allí sugiere “que me haga a mí una pericia psicológica y psiquiátrica”.
-¿El informe argumenta ese pedido?
-En ningún momento. Yo fui a denunciar un intento de doble homicidio, y en lugar de ser la víctima, pareciera que soy el victimario. Algo parecido le pasó a Christian, el papá de Lucio, meses antes que maten a su hijo.
-¿Qué le dice Lorenzo cuándo habla con él?
-Está muy asustado… Aunque trato de no hablarle demasiado del tema. Es muy chico para estar viviendo esta locura.
-¿Va a realizar las pericias que sugirió la licenciada Subin? ¿Qué le recomendó su abogado?
-Mi abogado no lo puede creer, entiende que es algo irrisorio. De todos modos, si para la justicia es importante, la vamos a hacer. Claro que antes vamos a tomar precauciones. Todo esto nos parece muy raro.
-¿Qué pasó con su ex cuñado, está detenido?
-Ahí hay otro punto que no nos cierra. El tipo me quiso pisar con la camioneta y la fiscalía la caratuló como “daños”. Para la justicia es más importante lo que le pasó a mi camioneta, que todo lo que le nos pudo pasar a mi hijo y a mí.
-¿Pidieron el cambio de carátula?
-Sí, lo estamos pidiendo mientras esperamos las pruebas que la fiscalía está recolectando. Pasaron más de tres meses y todavía no se obtuvieron las cámaras del Municipio, ni de los negocios, ni de las casas particulares. Y te agrego algo más: tampoco llamaron a declarar al imputado.
-Le cambio de tema por unos minutos. Usted es piloto: ¿piensa volver a correr este año?
-Sí, estoy terminando de cerrar con un equipo de Uruguay para correr en una categoría local. Me estoy entrenando seis veces por semana para estar a la altura.
-¿Puede concentrase con todos estos episodios que está viviendo?
-Es difícil…, imagínate que salgo de mi casa con mi hijo y el tío del nene me chocan 10 veces la camioneta. Pero tengo que confiar en la justicia. Para que esto pare de una vez, los jueces se tienen que tomar en serio todas las denuncias que hice.
-¿Hoy tiene miedo cuando sale a la calle?
-Por mí, no tanto. Sí, por mi hijo. Y acá quiero hacer responsable a la fiscalía y a la jueza que siguen la causa. Como te dije antes, contra Natalia Montero tengo presentadas casi 50 denuncias desde que nos separamos y en muchas de ellas me dice que “va a matar a nuestro hijo”. Lo que pasó hace dos meses con su hermano fue un aviso. Espero que esta vez la justicia se tome en serio este caso.
La denuncia. Se realizó en la comisaría correspondiente a la zona del incidente pero increíblemente la causa cayó en la Fiscalía Número Uno de San Justo, encargada de tratar temas sobre violencia de género.