Noticia | Acompañamos en el @BOG_ELDORADO a 209 connacionales provenientes de los Estados Unidos. Se espera que en los próximos meses lleguen a#Colombia cerca de 14.000 retornados desde ese país. 📰👉🏾https://t.co/rDSnpEkvG6 pic.twitter.com/SRqh3NZEFk
— Defensoría del Pueblo (@DefensoriaCol) May 10, 2023El medio abordó el fenómeno de la migración colombiana en el marco de la deportación, desde Estados Unidos, de un gran número de ciudadanos que intentaban ingresar de manera irregular a ese país.
El 10 de mayo arribó a Bogotá el primer vuelo con 71 familias deportadas, integradas por 107 adultos y 102 menores de edad. La Defensoría del Pueblo indicó que “se espera que en los próximos meses ingresen al país cerca de 14 mil colombianos más retornados desde Estados Unidos”.
Asimismo, el Centro de Recursos para el Análisis de Conflictos (CERAC) informó en febrero que en el 2022 dejaron Colombia 547 mil ciudadanos, una cifra histórica desde la crisis económica de 1998.
En su reporte, el Centro añadió que cada año salen del país aproximadamente 200 mil colombianos, en su mayoría jóvenes y adultos de entre 18 y 39 años, con destino principalmente a Estados Unidos, Chile y México.
En un editorial publicado el 15 de mayo, El Catolicismo señaló que Colombia se ha destacado en los últimos años “por la atención dada a los inmigrantes venezolanos” que llegaron al país y que suman unos 2.48 millones, según dieron a conocer en diciembre las autoridades migratorias.
“Sin embargo, mientras se tiende la mano al extranjero necesitado, y se debe seguir haciendo, no pocos ciudadanos de Colombia han tenido que emigrar por muy distintos motivos: violencia; despojo; pobreza; o simplemente por no verle futuro a su vida” en el país, dadas “tantas circunstancias” que la han convertido en “una nación desconcertante para propios y extraños”, indicó el medio católico.
En ese sentido, el editorial señaló entre los motivos la inseguridad y la violencia, que genera en los ciudadanos “esta extraña sensación de que los violentos, los corruptos, los guerrilleros, los narcotraficantes y el atracador callejero parecen gozar de muchas ventajas”.
Recordó, no obstante, que “emigrar es en general un drama”, porque es dejar la tierra, romper con la familia, así como la posibilidad de “caer en manos de cualquier persona o de autoridades déspotas que hunden aún más al que huye de su propia tragedia”.
Por ello, señaló que es necesario “reflexionar a fondo” sobre este fenómeno “y no seguir mirando para el otro lado como si fuera algo normal o voluntario”.
“El dique para la emigración es que el país sea medianamente vivible, que la gente honesta y de bien sea a quien primero se atiende y a quien primero se dirigen todos los recursos humanos, económicos, materiales, espirituales disponibles y no a quienes han querido destruir el orden social”, indicó.
Por ello, llamó también a “revisar la lógica con que se actúa, las prioridades establecidas y recordar que la caridad comienza por casa”, porque “cada colombiano que deja su país es un grito de derrota para una nación que es incapaz de ser casa para todos”.