Así lo indicó Blinken durante una audiencia sobre el presupuesto federal para el 2024, que se llevó a cabo en la Cámara de Representantes el jueves 23 de marzo.
Blinken respondió a la pregunta del representante republicano por Kansas, Jake Laturner, quien recordó que Mons. Álvarez fue condenado a prisión “por su valentía de hablar contra la antidemocrática persecución del régimen de Ortega”.
Laturner señaló que no se sabe en cuál cárcel de Nicaragua está el obispo y que “su familia no se puede comunicar con él ahora”.
“¿El embajador (Kevin) Sullivan en Managua está tomando alguna acción concreta para asegurar la liberación de Mons. Álvarez? ¿Está familiarizado con el caso?”, preguntó el representante repúblicano.
“Sí, estoy muy familiarizado con el caso”, respondió el Secretario de Estado. “Nuestra embajada (en Managua) está siguiendo esto y yo lo estoy siguiendo. Nuestra influencia con el gobierno de Nicaragua es limitada, pero hemos dejado muy clara nuestra convicción de que él debe ser liberado de prisión”, aseguró.
Sin embargo, dos días antes, el 21 de marzo, el vocero del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, John Kirby, había admitido en rueda de prensa que “no estaba siguiendo” la grave situación de Mons. Álvarez.
Respecto a los 222 presos políticos, entre ellos sacerdotes y seminaristas, que fueron deportados de Nicaragua el 9 de febrero, Blinken indicó que se reunió “con algunos de ellos en la Secretaría de Estado cuando llegaron a Estados Unidos” y expresó su satisfacción por que “estén fuera de la cárcel, donde nunca debieron estar”.
“Es muy lamentable que hayan sido expulsados de su propio país y que no puedan seguir viviendo ni trabajando libremente allí, pero al menos me alegra que estén fuera de prisión”, aseguró el Secretario de Estado.
Laturner también se refirió al Reporte sobre Derechos Humanos de 2022, de la Secretaría de Estado, que recopila los excesos de la dictadura en Nicaragua, como arrestos injustificados, torturas, negación de juicios justos y asesinatos, entre otros; y que también describe los procesos electorales que han perpetuado a Ortega en el poder desde 2007.
Un día antes, el representante republicado Christopher Smith denunció en el Congreso de Estados Unidos que la dictadura de Daniel Ortega “está en guerra” contra la libertad religiosa en Nicaragua y tiene en la mira a la Iglesia Católica.