En diálogo con ACI Prensa, Mons. Garfias Merlos, ex vicepresidente de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), indicó que han procurado celebrar Misas “en los lugares donde ha ocurrido mayor violencia” y “se ha estado buscando tener Adoración Eucarística, tener procesiones de un lugar a otro para generar confianza y seguridad en las personas”.
Para el Prelado, se han obtenido resultados favorables con “estas celebraciones en las colonias (zonas) más violentas”.
México vive una de las etapas más violentas de las últimas décadas, y el gobierno de Andrés Manuel López Obrador, el presidente actual, podría alcanzar cifras históricas con más de 130 mil homicidios registrados en los cuatro primeros años de su sexenio.
De acuerdo a cifras oficiales, desde el 1 de enero hasta el 9 de febrero de 2023 se han registrado 2.949 homicidios en el país.
De enero a diciembre de 2022, solo en el estado de Michoacán se registraron 1.969 homicidios dolosos y 39 secuestros extorsivos.
“La oración por la paz”
Mons. Carlos Garfias Merlos, también vicepresidente del Consejo Interreligioso de Michoacán, resaltó asimismo la importancia del diálogo entre los distintos credos para fomentar la paz en la región.
“Desde la Iglesia Católica hemos estado fomentando la oración por la paz”, resaltó, y esta plegaria la “expresamos en las diferentes actividades y acciones que realizamos”.
De la mano del Consejo Interreligioso de Michoacán, indicó, se han creado centros de escucha para víctimas de violencia, y han establecido la “Casa del Artesano”, un esfuerzo para acompañar en el proceso de rehabilitación de las personas con adicciones.
En esa línea, el Prelado informó que se está trabajando para la implementación de un centro de desintoxicación.
Mons. Garfias Merlos señaló que “el camino para construir la paz” en México se realiza “reconstruyendo a las personas, reconstruyendo la seguridad en la relación social, en las relaciones humanas, para beneficio de la comunidad”.
En ese marco también se ha desarrollado desde la Iglesia un plan pastoral llamado “Sembradores de paz”, que apunta a niños y jóvenes, para alejarlos de la violencia y la influencia del narcotráfico.
El Arzobispo de Morelia destacó que en el trabajo por la paz resulta clave “descubrir esa bondad de Dios en nosotros y en el otro”.