Con una reconocida trayectoria “salvando matrimonios”, el Proyecto, surgido en 2016 en España de la mano de José Luis Gadea y Magüi Gálvez, ofreció en Argentina los retiros “La verdad del matrimonio” y “La alegría del amor”, que atrajeron gran concurrencia.
La experiencia fundacional de esta asociación de fieles es la de José Luis y Magüi, que de 2002 a 2016 comenzaron un camino de espiritualidad y formación.
La iniciativa se dirige tanto a matrimonios con muchos años de recorrido como a los más “nuevos” e incluso a parejas de novios que buscan “tomarse en serio” la etapa.
Semillas en el extranjeroRubén y Laura son de Mendoza y llevan 31 años casados. En cierto momento, descubrieron que la distancia entre ellos se acrecentaba y poco a poco, estaban “destruyendo el matrimonio”, relató Laura a ACI Prensa.
Pese a sus intentos, la herida “solo sanaba por fuera”, y se propusieron hacer actividades juntos. De todas las propuestas, la única que perseveró fue el rezo del rosario diario, un consejo que habían recibido de un sacerdote.
Un día, leyendo un diario católico, Laura encontró un testimonio titulado: “Matrimonio a punto de separarse, salvado por la Virgen”. El relato, en el que la Virgen “los rescata y los llama a acompañar a otros”, los estremeció. Era la historia de Magüi y José Luis.
Luego de verlo, buscaron más información sobre Proyecto Amor Conyugal, y comenzaron a leer juntos el Evangelio diario, con un comentario en clave conyugal, algo que, reconoció Laura, “no habíamos visto jamás”.
“Luego de varios días rezando juntos con la Palabra, se nos fue transformando el corazón”, admitió la mendocina. “La Palabra de Dios interpela, enamora, restaura, da vida”, afirmó.
“Cuando comenzamos este camino de oración conyugal, dejamos que Jesús volviera a estar en medio nuestro y a hacer nuevas todas las cosas”.
Luego de participar en un encuentro virtual convocado por los españoles, en el que pudieron “reír, llorar, compartir y descubrir el amor de Dios y su misericordia”, enviaron un correo electrónico a los fundadores de Proyecto Amor Conyugal.
El vínculo derivó en la propuesta de iniciar un grupo en Mendoza. “Era tan grande el amor de María y lo que había hecho en nuestro matrimonio”, recordó Laura, que “fue un sí del corazón, automático”.
Amor Conyugal en MendozaEn Mendoza, el proyecto comenzó con modalidad virtual, en medio de la pandemia, con conexiones desde España y asistidos por las Hermanas Obreras Catequistas de Jesús Sacramentado, una congregación que anhelaba poder servir a las familias y “la Virgen les mandó el Proyecto Amor Conyugal”.
Desde su comienzo, el proyecto en Mendoza cuenta también con pleno conocimiento de un sacerdote. En simultáneo, y por inquietud de otros matrimonios, comenzaba también el camino en Buenos Aires.
“Supimos que nuestra Madre quería quedarse en Argentina y desde aquí acompañar y rescatar a los esposos y a las familias”.
“Nos sentimos acogidos como una gran familia, llena del amor de Dios, donde reina María. Para nosotros ha sido un caudal de gracia y bendiciones enormes”, reconoció Laura.
Un proyecto de amor para todos
La mendocina aclaró que el Proyecto no es solo para matrimonios en crisis, o “desarmados”, sino también “para aquellos que van caminando y se dan cuenta que no conocían la verdad del matrimonio como Dios lo pensó”.
Para Rubén y Laura, fue “empezar a sanar desde la raíz”. En este tiempo de Adviento, animó a tener en cuenta que “Dios quiso nacer en una familia”.
En los matrimonios, sostuvo Laura, “hay una perla preciosa por descubrir, que no tiene límites”, y llegar a ella es un “hermoso desafío”.
“No es un camino para los rotos, sino para todos, y a través de los esposos llega a los hijos, a los nietos: todo lo demás viene por añadidura”.
Luego de los retiros en Mendoza y en Buenos Aires, “todos salimos restaurados y maravillados de todo lo que el Señor quiere hacer por sus hijos”, aseguró Laura, y animó a los matrimonios a darse la oportunidad “de vivirlos y descubrir el amor de Dios sin límites”.
En cuanto al futuro del Proyecto, reconoció que hay “una gran demanda y una inmensa necesidad de los matrimonios de encontrar camino y de acompañamiento”.
“Nuestra Madre va trazando el camino y nosotros solo lo seguimos”, sostuvo. “Invitamos a todos los que estén deseosos de vivir el matrimonio como Dios lo pensó y descubrir la perla preciosa”, concluyó.
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