Misiones e Itapúa atesoran el patrimonio de la Ruta Jesuítica

El territorio de la Ruta Jesuítica del Paraguay comprende atractivos turísticos que están asentados en los departamentos de Misiones, Itapúa y Alto Paraná, al sur de la región Oriental.

La ruta Jesuítica ofrece inigualables y valiosos patrimonios, conformados por museos y remanentes de las misiones jesuíticas del Paraguay, que se instalaron mucho tiempo atrás, hacia el sur de la Región Oriental.

Los pueblos que conforman  parte del territorio de la Ruta Jesuítica del Paraguay son San Ignacio Guazú, Santa María de Fe, Santa Rosa, San Cosme y San Damián, Santísima Trinidad del Paraná y Jesús de Tavarangüe.

San Ignacio Guazú

Esta ruta abarca  un recorrido a través de San Ignacio Guazú, Santa María de Fe, Santa Rosa, San Cosme y San Damián, Santísima Trinidad del Paraná y Jesús de Tavarangüe. En todas estas ciudades se conservan suficientes muestras de lo que fue ese lapso de 150 años de presencia de los misioneros de la Sociedad de Jesús en el Paraguay.

Durante todo ese tiempo dedicado a la evangelización de la población indígena del Paraguay, se desarrollaron conocimientos que lograron profundidad como la música, la arquitectura, la escultura, la pintura, las artes gráficas y otras ciencias.

En San Ignacio Guazú, el Museo Diocesano conserva la más acabada muestra del arte barroco, las imágenes talladas en madera por los indios, el empleo de los colores y la perfección de sus formas y  proporciones revelan la dimensión de la tarea de enseñanza y el alto grado de asimilación de los indios catequizados.

Santa Rosa conserva parte de las construcciones jesuíticas como el campanario que hasta ahora sirve para convocar a los fieles, el coty guasu o casa de indios que cubre toda la cuadra, la capilla Virgen de Loreto donde se conservan frescos y algunas imágenes de gran belleza y valor.

Santa María de Fe es también depositaria de parte del gran legado de los jesuitas. El museo instalado en lo que fue originalmente una casa de indios guarda obras de arte sacro talladas en madera por los indios y otros objetos de culto.

Santiago, en cuya iglesia se encuentra el único retablo completo de la época jesuítica. Lo que fue casa de indios también se convirtió en museo donde se puede apreciar una rica variedad de esculturas,

En Santísima Trinidad del Paraná, la instalación de un sistema de luces, sonido e imágenes para visitas nocturnas permite recrear la vida que compartieron indios y misioneros  en esa reducción.

Jesús de Tavarangue está conformada por el templo, que quedó inconcluso, la Plaza Mayor, el Colegio anexado a la Iglesia, las casas de protección para huérfanos y viudas llamada Coty Guazú o Casa Grande.

San Cosme y San Damián es otra  joya dejada al Paraguay por las misiones jesuíticas. Esta reducción a más de cumplir la misión de catequizar fue un centro científico especializado en observación e interpretación astronómica.  Se realizó la restauración de este complejo que actualmente se denomina “Centro de Interpretación Astronómica Buenaventura Suárez”, en homenaje a su creador y director.

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