Para desmitificar el fantasma de las candidaturas a la intendencia de Ezeiza, la Diputada de La Nación Dulce Granados salió al cruce de las versiones que desde distintos medios señalan que la candidatura de Ezeiza se define, exclusivamente, por cuestiones numéricas.
Juan Domingo Perón supo hacer suya la sentencia aristotélica de que “la única verdad es la realidad”. Y esta es la base que nos permite analizar el escenario político de Ezeiza.
Durante más de 20 años, Dulce Granados ejerció, y ejerce, una fuerte conducción de la política distrital. Mucho antes, incluso, que su esposo el hoy Ministro Alejandro Granados ya que en el año 1993 ya ostentaba un cargo de Diputada Nacional. Por ende, podemos afirmar que el matrimonio ha ejercido un fuerte liderazgo natural y compartido en el territorio.
A Dulce Granados no la instala políticamente nadie más que el propio pueblo. Su candidatura a la intendencia es bendecida por la propia Cristina Fernández de Kirchner. Con posterioridad, y tras la bendición presidencial, fue el propio Alejandro Granados quien aceptó su candidatura. Pero para Dulce, más allá del respeto que le inspira que un cuadro político de la importancia de la Presidenta la haya empoderado en el sillón municipal, siempre sostuvo que la única bendición que aceptaba era la de su pueblo de Ezeiza.
“No se trata de una cuestión de números. No se trata de si las encuestas dan o no”, afirmó la Diputada Nacional, “Es una decisión pura y exclusivamente personal.”
“Por supuesto que las encuestas dan. Tengo el orgullo de poder decir y demostrar que he sido ´medida´ por más de 8 años, sosteniendo sistemáticamente un 70% de imagen positiva, y una intención de voto nunca menor al 68%”, confirmó.
Como verán no es una cuestión de números, sino que se trata de una decisión estrictamente de corte político y personal. Y por qué no, familiar. Hay muchos que instalan que es una pelea familiar. Dice Dulce: “Hay toda una familia que está involucrada en el tema como para que a mí me pueda gustar la pelea, desde mi esposo hasta su familia. Siempre he señalado y he manifestado quién era la oposición a mi gobierno adentro de esta familia, es más, he presentado proyectos de ley denunciando lo que considero un fraude al votante para que devuelvan la banca; y me refiero a la hermana de mi esposo”.
“Esta decisión no es una decisión que vaya a pasar por Alejandro Granados. No necesito esa bendición, sino la del pueblo de Ezeiza porque soy una respetuosa de la voluntad popular.”
“En este sentido no me interesa si los números del resto dan o no, o si a Alejandro (Granados) le satisfacen los resultados, porque la decisión pasa exclusivamente por mi persona. Y porque a pesar de esto que digo, y aunque resulte un tanto contradictorio, no llevo adelante un proyecto individual, sino que pertenezco y represento a un proyecto colectivo, el de todos los habitantes del pueblo de Ezeiza.”
Además, dejó en claro que tampoco aceptará ser Primera Concejal del Distrito, porque “nadie me digita si participo o no en una elección, se llame como se llame”. Y aclaró que se presente quien quiera, quien tenga ganas de presentarse, con o sin números. “En estas elecciones soy yo la única persona que decide si me presento o no”.
Y cerró sosteniendo que si hay un motivo que la invita a NO ser candidata es porque no le gusta que nadie le maneje el ejecutivo ni el legislativo: “Si me presento, gobierno yo. El único arreglo que tengo yo es con el pueblo. Yo no arreglo con nadie más”.
Juan Domingo Perón supo hacer suya la sentencia aristotélica de que “la única verdad es la realidad”. Y esta es la base que nos permite analizar el escenario político de Ezeiza.
Durante más de 20 años, Dulce Granados ejerció, y ejerce, una fuerte conducción de la política distrital. Mucho antes, incluso, que su esposo el hoy Ministro Alejandro Granados ya que en el año 1993 ya ostentaba un cargo de Diputada Nacional. Por ende, podemos afirmar que el matrimonio ha ejercido un fuerte liderazgo natural y compartido en el territorio.
A Dulce Granados no la instala políticamente nadie más que el propio pueblo. Su candidatura a la intendencia es bendecida por la propia Cristina Fernández de Kirchner. Con posterioridad, y tras la bendición presidencial, fue el propio Alejandro Granados quien aceptó su candidatura. Pero para Dulce, más allá del respeto que le inspira que un cuadro político de la importancia de la Presidenta la haya empoderado en el sillón municipal, siempre sostuvo que la única bendición que aceptaba era la de su pueblo de Ezeiza.
“No se trata de una cuestión de números. No se trata de si las encuestas dan o no”, afirmó la Diputada Nacional, “Es una decisión pura y exclusivamente personal.”
“Por supuesto que las encuestas dan. Tengo el orgullo de poder decir y demostrar que he sido ´medida´ por más de 8 años, sosteniendo sistemáticamente un 70% de imagen positiva, y una intención de voto nunca menor al 68%”, confirmó.
Como verán no es una cuestión de números, sino que se trata de una decisión estrictamente de corte político y personal. Y por qué no, familiar. Hay muchos que instalan que es una pelea familiar. Dice Dulce: “Hay toda una familia que está involucrada en el tema como para que a mí me pueda gustar la pelea, desde mi esposo hasta su familia. Siempre he señalado y he manifestado quién era la oposición a mi gobierno adentro de esta familia, es más, he presentado proyectos de ley denunciando lo que considero un fraude al votante para que devuelvan la banca; y me refiero a la hermana de mi esposo”.
“Esta decisión no es una decisión que vaya a pasar por Alejandro Granados. No necesito esa bendición, sino la del pueblo de Ezeiza porque soy una respetuosa de la voluntad popular.”
“En este sentido no me interesa si los números del resto dan o no, o si a Alejandro (Granados) le satisfacen los resultados, porque la decisión pasa exclusivamente por mi persona. Y porque a pesar de esto que digo, y aunque resulte un tanto contradictorio, no llevo adelante un proyecto individual, sino que pertenezco y represento a un proyecto colectivo, el de todos los habitantes del pueblo de Ezeiza.”
Además, dejó en claro que tampoco aceptará ser Primera Concejal del Distrito, porque “nadie me digita si participo o no en una elección, se llame como se llame”. Y aclaró que se presente quien quiera, quien tenga ganas de presentarse, con o sin números. “En estas elecciones soy yo la única persona que decide si me presento o no”.
Y cerró sosteniendo que si hay un motivo que la invita a NO ser candidata es porque no le gusta que nadie le maneje el ejecutivo ni el legislativo: “Si me presento, gobierno yo. El único arreglo que tengo yo es con el pueblo. Yo no arreglo con nadie más”.
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