MÁS 90 MIL PERSONAS DISFRUTARON DEL BUENOS AIRES JAZZ FESTIVAL INTERNACIONAL DEL 19 AL 24 DE NOVIEMBRE
Fueron más de 90 mil personas las que disfrutaron de los 71 conciertos y 320 artistas que, a lo largo de seis jornadas en 5 Sedes ubicadas en diversos puntos de la Ciudad, integraron la programación de una nueva edición del Buenos Aires Jazz – Festival Internacional, organizado por el Ministerio de Cultura del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires y con dirección artística de Adrián Iaies, y que incluyó la presentación de artistas internacionales por primera vez en escenarios porteños, cruces inéditos entre músicos extranjeros y locales, conciertos acústicos, gran cantidad de actividades gratuitas y al aire libre y encuentros pedagógicos que ofrecieron oportunidades únicas a músicos de jazz en constante formación.
La asistencia récord en esta edición ratifica el ritmo de crecimiento de un Festival que año tras año convoca tanto a amantes y especialistas del género como al público que se acerca por primera vez a disfrutar del amplio espectro de estilos, técnicas y estéticas que contiene el Jazz, sin perder nunca sus principales rasgos de libertad artística, frescura, innovación e improvisación.
La nutrida y variada programación tuvo su gran noche de cierre ayer en La Usina del Arte, con el concierto gratuito de Aca Seca y Diego Schissi Quinteto y el guitarrista israelí Yotam Silberstein como invitado ante un Auditorio colmado de público, que pudo disfrutar de una de las propuestas más particulares y distintivas de este año, como fue la presentación del disco que grabaron juntos estos dos grupos.
Entre las visitas internacionales, estuvieron presentes el guitarrista norteamericano Pat Martino, que asombró a todos con su virtuosismo en el Concierto de Apertura del Festival y su historia de vida, el contrabajista francés Henri Texier, el dúo vanguardista formado por la pianista Myra Melford y el clarinetista Ben Goldberg (Estados Unidos). Desde Polonia llegó para tocar en el Auditorio de La Usina Marcin Wasilewski, una de las figuras más ascendentes del piano jazz europeo, como también el guitarrista israelí Yotam Silberstein con su trío, y los italianos Paolo Di Sabatino y Giovanni Guidi, entre otros.
De esta manera, tanto referentes de la nueva escena y la vanguardia del jazz mundial como figuras consagradas del género compartieron programa con conciertos de los mejores músicos a nivel local, entre los que se destacaron el que ofreció el pianista Leo Genovese ante una sala repletea y entusiasta; la actuación del gran contrabajista argentino radicado en Barcelona Horacio Fumero y el maestro de guitarristas Ricardo Lew, quien actuaó por primera vez en el festival. Los pianistas Jorge Navarro y Manuel Fraga presentaron su nuevo disco "Viva el swing", mientras que el cuarteto de Eloy Michelini, que integran Carlos Lastra, Ernesto Jodos y Jerónimo Carmona, ofrecieron un memorable concierto que hizo foco en la música del gran John Coltrane.
El barrio de La Boca fue por primera vez el centro de referencia del Festival a partir del protagonismo de la Usina del Arte y sus dos salas de impecable acústica (el Auditorio y la Sala de Cámara), que se convirtió en la sede principal del festival. A ella se sumaron el auditorio de la AMIA, Café Vinilo, Thelonious Club y el Anfiteatro del Parque Centenario, donde se desarrolló con gran asistencia de público la programación al Aire Libre. Allí también se desarrollaron el ya tradicional ciclo Jazzología, programado por Carlos Inzillo, varios conciertos programados especialmente para ese espacio, y los ya clásicos pero siempre únicos y sorprendentes cierres a cargo de Gillespie y sus jamsessions con músicos invitados.
Sin lugar a dudas, fueron los Proyectos Especiales, encargados y pensados especialmente por el Festival y su director artístico, los que revistieron a esta edición de especial interés, convirtiéndose en una plataforma de despegue y vidriera para emprendimientos artísticos muy variados. Fue así que, por ejemplo, el trombonista y compositor austríaco-norteamericano Ed Neumeister, que tocó con las orquestas de Duke Ellington, Mel Lewis, Lionel Hampton y Frank Sinatra, entre otras, se puso al frente de una Big Band integrada por estudiantes que se están formando en el Conservatorio Manuel de Falla. También en este marco se hizo especial foco en las nuevas cantantes del género que pasaron por estos años por los workshop de canto del Buenos Aires Jazz y que mostraron su evolución: la entrerriana Flopa Suksdorf, la rosarina Yamile Baidón y las porteñas Mariana Iturri y Lucía Boffo.
También dentro de esta sección, se realizó con gran éxito en el Auditorio de la Usina la presentación del Sello Kuai, una exitosa experiencia discográfica cooperativa llevada adelante por un grupo de jóvenes y la presentación del quinteto de la gran pianista Nora Sarmonia, comisionada por el festival para realizar un trabajo de relectura de la obra de Thelonious Monk.
Para la sección de Conciertos Unplugged, nada mejor que la Sala de Cámara de la Usina del Arte, donde el público que colmó uno de los ámbitos con mejores condiciones para conciertos de este tipo que tiene la Ciudad, donde tocaron entre otros Leo Sujatovich, Paolo Russo (Italia) y los dúos de Ricardo Cavalli con el pianista Mike del Ferro y de la trompetista portuguesa Susana Santos Silva con el español Javier Moreno Sánchez.
Como todos los años, el BAJ destinó durante esta edición destacados espacios a instancias pedagógicas y de formación de artistas en su sección El Aula, que engloba las clínicas, las masterclass, el ya tradicional workshop para cantantes -que este año estuvo a cargo de la prestigiosa Dena DeRose con la coordinación de Roxana Amed- y los talleres de ensamble con Mariano Loiácono, Juan Cruz de Urquiza y Pablo Raposo.
Las clínicas estuvieron a cargo del percusionista Aleksandar Petrov, el baterista Louis Moutin, el guitarrista Yotam Silberstein, el saxofonista César López y el contrabajista Henry Texier en sus respectivos instrumentos. También participaron Ben Goldberg y Myra Melford con sendas clínica de improvisación, Leo Genovese de arreglos y composición y Ed Neumeister, desarrollando su método “Creative practicing, practice creatively”.
Se realizaron, además, los ya clásicos Cruces, una marca del Festival, en las sedes Café Vinilo y Thelonious Club donde el público pudo ser privilegiado testigo del diálogo musical entre los invitados internacionales y músicos locales, asistiendo a conciertos únicos en los que la espontaneidad y la improvisación fueron protagonistas. Entre otros, se cruzaron Louis Moutin, Manu Codjia, Obed Calvaire, Ed Neumeister, Sébastien Texier y Xavi Maureta, con Ernesto Jodos, Ricardo Cavalli, Pepi Taveira, Carto Brandán y jóvenes intérpretes como Nicolás Politzer, Maxi Kirszner o Sebastián de Urquiza, por sólo nombrar algunos.
netmedia argentina
Fueron más de 90 mil personas las que disfrutaron de los 71 conciertos y 320 artistas que, a lo largo de seis jornadas en 5 Sedes ubicadas en diversos puntos de la Ciudad, integraron la programación de una nueva edición del Buenos Aires Jazz – Festival Internacional, organizado por el Ministerio de Cultura del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires y con dirección artística de Adrián Iaies, y que incluyó la presentación de artistas internacionales por primera vez en escenarios porteños, cruces inéditos entre músicos extranjeros y locales, conciertos acústicos, gran cantidad de actividades gratuitas y al aire libre y encuentros pedagógicos que ofrecieron oportunidades únicas a músicos de jazz en constante formación.
La asistencia récord en esta edición ratifica el ritmo de crecimiento de un Festival que año tras año convoca tanto a amantes y especialistas del género como al público que se acerca por primera vez a disfrutar del amplio espectro de estilos, técnicas y estéticas que contiene el Jazz, sin perder nunca sus principales rasgos de libertad artística, frescura, innovación e improvisación.
La nutrida y variada programación tuvo su gran noche de cierre ayer en La Usina del Arte, con el concierto gratuito de Aca Seca y Diego Schissi Quinteto y el guitarrista israelí Yotam Silberstein como invitado ante un Auditorio colmado de público, que pudo disfrutar de una de las propuestas más particulares y distintivas de este año, como fue la presentación del disco que grabaron juntos estos dos grupos.
Entre las visitas internacionales, estuvieron presentes el guitarrista norteamericano Pat Martino, que asombró a todos con su virtuosismo en el Concierto de Apertura del Festival y su historia de vida, el contrabajista francés Henri Texier, el dúo vanguardista formado por la pianista Myra Melford y el clarinetista Ben Goldberg (Estados Unidos). Desde Polonia llegó para tocar en el Auditorio de La Usina Marcin Wasilewski, una de las figuras más ascendentes del piano jazz europeo, como también el guitarrista israelí Yotam Silberstein con su trío, y los italianos Paolo Di Sabatino y Giovanni Guidi, entre otros.
De esta manera, tanto referentes de la nueva escena y la vanguardia del jazz mundial como figuras consagradas del género compartieron programa con conciertos de los mejores músicos a nivel local, entre los que se destacaron el que ofreció el pianista Leo Genovese ante una sala repletea y entusiasta; la actuación del gran contrabajista argentino radicado en Barcelona Horacio Fumero y el maestro de guitarristas Ricardo Lew, quien actuaó por primera vez en el festival. Los pianistas Jorge Navarro y Manuel Fraga presentaron su nuevo disco "Viva el swing", mientras que el cuarteto de Eloy Michelini, que integran Carlos Lastra, Ernesto Jodos y Jerónimo Carmona, ofrecieron un memorable concierto que hizo foco en la música del gran John Coltrane.
El barrio de La Boca fue por primera vez el centro de referencia del Festival a partir del protagonismo de la Usina del Arte y sus dos salas de impecable acústica (el Auditorio y la Sala de Cámara), que se convirtió en la sede principal del festival. A ella se sumaron el auditorio de la AMIA, Café Vinilo, Thelonious Club y el Anfiteatro del Parque Centenario, donde se desarrolló con gran asistencia de público la programación al Aire Libre. Allí también se desarrollaron el ya tradicional ciclo Jazzología, programado por Carlos Inzillo, varios conciertos programados especialmente para ese espacio, y los ya clásicos pero siempre únicos y sorprendentes cierres a cargo de Gillespie y sus jamsessions con músicos invitados.
Sin lugar a dudas, fueron los Proyectos Especiales, encargados y pensados especialmente por el Festival y su director artístico, los que revistieron a esta edición de especial interés, convirtiéndose en una plataforma de despegue y vidriera para emprendimientos artísticos muy variados. Fue así que, por ejemplo, el trombonista y compositor austríaco-norteamericano Ed Neumeister, que tocó con las orquestas de Duke Ellington, Mel Lewis, Lionel Hampton y Frank Sinatra, entre otras, se puso al frente de una Big Band integrada por estudiantes que se están formando en el Conservatorio Manuel de Falla. También en este marco se hizo especial foco en las nuevas cantantes del género que pasaron por estos años por los workshop de canto del Buenos Aires Jazz y que mostraron su evolución: la entrerriana Flopa Suksdorf, la rosarina Yamile Baidón y las porteñas Mariana Iturri y Lucía Boffo.
También dentro de esta sección, se realizó con gran éxito en el Auditorio de la Usina la presentación del Sello Kuai, una exitosa experiencia discográfica cooperativa llevada adelante por un grupo de jóvenes y la presentación del quinteto de la gran pianista Nora Sarmonia, comisionada por el festival para realizar un trabajo de relectura de la obra de Thelonious Monk.
Para la sección de Conciertos Unplugged, nada mejor que la Sala de Cámara de la Usina del Arte, donde el público que colmó uno de los ámbitos con mejores condiciones para conciertos de este tipo que tiene la Ciudad, donde tocaron entre otros Leo Sujatovich, Paolo Russo (Italia) y los dúos de Ricardo Cavalli con el pianista Mike del Ferro y de la trompetista portuguesa Susana Santos Silva con el español Javier Moreno Sánchez.
Como todos los años, el BAJ destinó durante esta edición destacados espacios a instancias pedagógicas y de formación de artistas en su sección El Aula, que engloba las clínicas, las masterclass, el ya tradicional workshop para cantantes -que este año estuvo a cargo de la prestigiosa Dena DeRose con la coordinación de Roxana Amed- y los talleres de ensamble con Mariano Loiácono, Juan Cruz de Urquiza y Pablo Raposo.
Las clínicas estuvieron a cargo del percusionista Aleksandar Petrov, el baterista Louis Moutin, el guitarrista Yotam Silberstein, el saxofonista César López y el contrabajista Henry Texier en sus respectivos instrumentos. También participaron Ben Goldberg y Myra Melford con sendas clínica de improvisación, Leo Genovese de arreglos y composición y Ed Neumeister, desarrollando su método “Creative practicing, practice creatively”.
Se realizaron, además, los ya clásicos Cruces, una marca del Festival, en las sedes Café Vinilo y Thelonious Club donde el público pudo ser privilegiado testigo del diálogo musical entre los invitados internacionales y músicos locales, asistiendo a conciertos únicos en los que la espontaneidad y la improvisación fueron protagonistas. Entre otros, se cruzaron Louis Moutin, Manu Codjia, Obed Calvaire, Ed Neumeister, Sébastien Texier y Xavi Maureta, con Ernesto Jodos, Ricardo Cavalli, Pepi Taveira, Carto Brandán y jóvenes intérpretes como Nicolás Politzer, Maxi Kirszner o Sebastián de Urquiza, por sólo nombrar algunos.
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